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Nuevos requisitos RITEL 2025 y la red TDT: lo que viene y por qué importa

  • Foto del escritor: Hugo A. Santos A., RCDD
    Hugo A. Santos A., RCDD
  • 17 jul
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 17 oct

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Uno de los cambios más relevantes que se proponen en la Resolución 7930 del 12 de septiembre de 2025, actualización del reglamento técnico para redes internas de telecomunicaciones afecta directamente a la red de Televisión Digital Terrestre (TDT).


A partir de ahora, el diseño, los materiales utilizados y la calidad de la instalación deberán alinearse con estándares más exigentes, especialmente en lo relacionado con dos parámetros técnicos fundamentales: MER ≥ 21 dB y LKM ≥ 3 dB. Estos valores no son simples formalidades; garantizan una señal libre de errores de modulación y con un margen suficiente para soportar pérdidas e interferencias en la distribución. Su cumplimiento marcará la diferencia entre una red que apenas cumple con lo normativo y una red que realmente funciona y ofrece una experiencia de televisión confiable al usuario final.


MER: más allá del nivel, importa la calidad de la señal

El MER (Modulation Error Ratio o Relación de Error de Modulación) mide qué tan “limpia” llega la señal digital: cuánto ruido, distorsión o interferencia afecta la modulación.

Un valor mayor o igual a 21 dB en la toma del usuario indica una señal robusta, confiable, lista para ser decodificada sin errores. En cambio, si el MER está por debajo, aunque la señal tenga buen nivel de potencia, es probable que aparezcan fallos como pixelación, congelamientos o pérdida total de imagen. En otras palabras: no basta con que la señal llegue… tiene que llegar bien modulada.


LKM: el margen de seguridad que no se ve, pero se necesita

El LKM (Link Margin) representa la “reserva técnica” que tiene la señal por encima del mínimo necesario. Un LKM ≥ 3 dB asegura que, aun si hay interferencias, condiciones climáticas adversas o deterioro de los componentes, la señal seguirá siendo útil.

Este margen no se ve a simple vista, pero es el que marca la diferencia entre una red confiable y una que apenas sobrevive.

 

¿Cómo cumplir con estos requisitos desde el diseño e instalación?

Para que cada toma cumpla con MER y LKM, el diseño y la instalación deben considerar aspectos críticos como:

  • Asegurar un nivel de entrada adecuado en cabecera o amplificador, que compense pérdidas sin saturar.

  • Usar materiales certificados, tanto pasivos como activos, con baja pérdida, buen aislamiento y comportamiento lineal.

  • Emplear cables coaxiales de alta calidad, con blindaje clase A o superior, bien prensados y protegidos contra interferencias LTE.

  • Garantizar un balance adecuado entre canales, para evitar descompensaciones de MER.

  • Medir con instrumentos apropiados, que no solo evalúen nivel de señal, sino también MER y permitan calcular el LKM en cada toma.


¿MER por debajo de 21 dB? Una señal de alerta

Cuando se detecta un MER menor a 21 dB en la toma de usuario, algo está fallando. Y lo más común es encontrar uno (o varios) de estos problemas:

  • Cables de mala calidad o mal instalados (alta atenuación, mal blindaje, conectores defectuosos).

  • Derivadores o repartidores no aptos para UHF, con pérdidas o mal aislamiento.

  • Amplificadores mal seleccionados o saturados.

  • Diseño deficiente, sin márgenes de seguridad ni cálculo de pérdidas acumuladas.

A veces el problema no es un único componente, sino la suma de errores pequeños que terminan comprometiendo la red completa.


Recomendaciones clave para una red TDT confiable

  • Diseñar con márgenes de nivel generosos, previendo pérdidas futuras.

  • Invertir en calidad, especialmente en cables, conectores, derivadores y repartidores.

  • Medir con equipos adecuados y bien calibrados.

  • Asegurarse de que el personal técnico esté capacitado. Una mala instalación puede arruinar incluso los mejores materiales.

  • Cumplir todas las pruebas exigidas por RITEL en el 100% de las tomas antes de la inspección.


Conclusión: no se trata solo de cumplir la norma, sino de garantizar calidad

Al final del día, más allá de los decibeles y las fórmulas, lo que está en juego es la experiencia de las personas que usan esa red. Cada decisión en el diseño, cada conexión en la instalación, cada prueba que se hace (o se omite) tiene un impacto real.


Si estás en este sector —ya sea diseñando, construyendo, supervisando o formando equipos— sabes que no se trata solo de cumplir una norma, se trata de hacer bien las cosas, con rigor, pero también con sentido. Porque una red bien hecha no solo funciona: genera confianza, evita reclamos y marca la diferencia.


¿Estamos tomando en serio esa responsabilidad?


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